Diario de un ensoñador bohemio

Desde hace mucho tiempo he querido tener mi propio blog. Curiosamente he desarrollado y/o ayudado a desarrollar varios sitios, tiendas, blogs, periódicos online y en general proyectos web para otras personas, pero el mío siempre había estado en remojo.

Llegó el día de dejarlo listo para publicar y en lugar de buscar algo muy elaborado, muy gráfico, con mucho código y líneas de programación y con opciones y herramientas descrestantes, me he decantado por hacerlo lo más sencillo, limpio y lindo posible (por lo menos para mí y que no se note mi falencia en el óscuro y sombrío mundo del diseño gráfico, jaja).

Siempre pensé que mi primer artículo se llamaría «Hola mundo», pero al enterarme que mi hermano le puso así a su primer artículo, tuve que pensar en cambiar y conseguir un buen título con el cual este blog saludara a quienes se tomen el tiempo de visitarlo y pensando un poco nació la idea de titularlo: «Diario de un ensoñador bohemio».

No espero que todo lo que publique aquí sirva para algo o alguien. Tampoco puedo asegurarlo. Quizás un día publique un asombroso pensamiento que me esté asaltando y al día siguiente la mayor estupidez tontería del mundo. Algunas veces podré ser extenso, otras terriblemente corto, directo, profundo, melancólico, alegre o reflexivo. Algunas veces publicaré por necesidad, otras por disciplina, de pronto otras por desahogo. Me gustaría prometer que semana tras semana siempre habrá algo nuevo para compartir, pero prefiero no prometerlo e intentar hacerlo.

¿Un diario?

Dicho esto quiero recalcar, por si aun no ha quedado claro, que esto más que un blog es un diario, un lugar virtual, intangible y etéreo donde pueda plasmar algunos de mis pensamientos, experiencias, recuerdos, sueños, enseñanzas y demás cosas igual de virtuales, intangibles y etéreas. Bienvenidos a mi diario. Bienvenidos al diario de un ensoñador bohemio.