Christian Ospina Menú

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Gracias Señor

(Publicado el 22 de diciembre de 2010 en el sitio de la IPNJ Central Pereira)

Gracias Dios por el aire que me diste cada día, porque tu oxígeno me dio el aliento de vida y Tú me permitiste respirar cada segundo, porque con sólo una palabra de tu boca podrías «cerrar» la llave del oxígeno, «desactivar» el interruptor del sol o «derribar» las paredes que separan las impetuosas aguas, pero en tu gran misericordia, aún conservas la vida de esta perversa generación.

Gracias Jesús por aquellos a quienes amo y valoro profundamente y por quienes me aman y me respetan; porque están allí en los momentos más difíciles, dándome su apoyo y comprensión y mostrando el amor que Tú les has dado a través de sus dichos y acciones, pero también gracias por quienes siempre me critican, juzgan y hasta odian, porque me recuerdan que el amor, el verdadero, también debe ser hacia ellos.

Gracias mi Cristo por quienes ya te llevaste, por sus enseñanzas, su ejemplo, su legado, tanto los del «hall de la fe»: Abel, Enoc, Noé, Abraham, Sara, Isaac, Jacob, José, Moisés, Rahab, Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel… (Hebreos 11), como los héroes que llegarían después y porque así, me recuerdas que esta vida es pasajera y que en cualquier momento me tocará mi turno.

Gracias Jehová que no me ha faltado tu sustento, el techo, el abrigo y el alimento y que me enseñas a vivir contento con lo necesario y más gracias te doy porque no me has dado riquezas, Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; 1 Timoteo 6:9.

Gracias Jesucristo por todos los triunfos obtenidos en este año, en la iglesia, en mi vida, en mis relaciones personales, en la universidad, en el ministerio y en todas las áreas de mi vida donde sentí tu mano ayudándome y guiándome por tu camino; pero gracias también no tanto por las pruebas, sino en las pruebas y dificultades, porque me ayudaste, estás ayudando y ayudarás a superarlas y a aprender de cada una de ellas una nueva lección; son verdaderos puentes para madurar.

Gracias Señor por este año y todas tus bendiciones para conmigo, «es más fácil contar las estrellas mi Dios o los granos de arena del mar o cada gota de lluvia poderlas juntar, que contar tus bendiciones en mí», gracias por tu paz, amor y misericordia. Gracias en todo Señor, gracias en todo. 1 Tesalonicenses 5:18. Y aunque a veces no te lo diga: TE AMO.

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