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Minoría vs Mayoría. Parte 1 de 2

(Publicado el 5 de mayo de 2011 en el sitio de la IPNJ Central Pereira)

(Nota: Si deseas puedes escuchar la canción mientras lees)

 

Mi clase de Humanidades II es «una agresión a la fe cristiana». La mayor parte del contenido de la asignatura va en contra de lo que creemos los cristianos e intenta persuadir a los estudiantes para que no crean en lo eterno.

Dos versículos del apóstol Pablo se cumplen clase por clase, palabra por palabra, al pie de la letra: «Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.» 2 Corintios 4:3,4.

Y desafortunadamente, ¡Qué forma de cegar del dios de este siglo!

Bien, pues quiero compartirles un diálogo que realicé para presentar como segundo parcial en esta asignatura. El tema era «la matematización de la naturaleza» y lo que hice fue basarme en una enseñanza del Dr. Adrián Rogers sobre la exactitud científica de la Palabra de Dios, atacar la religión y defender la Biblia:

Matemático: Hay varias verdades que hoy conocemos que nos hacen saber que la religión nos engañó por mucho tiempo y que muchas de las antiguas creencias hoy no tienen ninguna validez. Por ejemplo, la creación hoy es altamente cuestionada por científicos alrededor del mundo.

Cristiano: Estoy de acuerdo con usted en que la religión nos mantuvo ciegos por mucho tiempo, pero la Biblia no. Déjeme mostrarle algunas verdades reveladas hace mucho tiempo. Hoy usted y yo sabemos y aceptamos que la Tierra está suspendida en el espacio. Los egipcios creían que la Tierra era sostenida por pilares, los griegos creían que un gigante llamado Atlas cargaba el mundo en su espalda y los hindúes creían que la Tierra descansaba en los lomos de gigantescos elefantes.

Matemático: Si, eso yo lo sé y también sé que cada una de esas teorías hoy es absurda e inaceptable, pues alguien dijo:

– ¿Sobre qué están parados los elefantes?

– La respuesta fue: Sobre una gigantesca tortuga

– ¿Y sobre qué está parada la tortuga? -preguntó otro-

– Sobre una gran serpiente enrollada -le contestaron-

– ¿Y sobre qué está parada la serpiente?

– La serpiente se encuentra nadando en un gran mar cósmico

Cristiano: Exacto, esa era la creencia antigua, pero mire lo que dice la Biblia en Job, probablemente el libro más antiguo de ésta: “Dios extiende el cielo sobre el vacío; sobre la nada tiene suspendida la tierra.” Dígame, ¿Cómo supo Job que la Tierra se suspendía en el espacio?

Matemático: Mmm, eso no lo sé, pero lo que sí sé es que debemos sustituir la experiencia del sentido común por la experiencia científica: Nuestros ojos no pueden ser la base del conocimiento, pues hay cosas que nuestros ojos no ven y sabemos que existen. Ya sucedió con el telescopio. Pensábamos que las estrellas eran finitas, incluso el astrónomo y científico Hiparco trato de contarlas y hacer un mapa cuyo resultado decía que había 1.022 estrellas, luego de 250 años vino Tolomeo y dijo que el resultado de Hiparco era absurdo, que había 1.056 estrellas. Eso fue refutado rotundamente por la experiencia científica de Galileo cuando con su primer telescopio rudimentario descubrió que había más y más, cientos, miles, millones, billones y centenares de billones de estrellas sin fin.

Cristiano: Vaya, ¡Qué interesante su intervención! Es verdad que nuestras capacidades humanas son finitas y no podemos limitarnos a nuestros sentidos. Mire que hace poco vi en un periódico que los expertos estaban tratando de ayudarnos a entender el tamaño del universo comparándolo con los granos de arena de todas las costas del planeta. Decían que hay más soles que granos de arena.

Matemático: Por supuesto y yo vivo cerca a una playa y ni siquiera puedo imaginarme contar los granos de arena de una sola cuadra, mucho menos de todas las costas del planeta.

Cristiano: Amigo, Hiparco y Tolomeo pudieron evitarse la molestia de intentar contar las estrellas si hubieran leído Jeremías 33:22, allí dice: “no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir”. ¿Sabe cuándo se escribió eso? Siglos atrás de que Galileo inventara el telescopio.

Continúa

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