Christian Ospina Menú

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¡Qué bonita casualidad!

(Publicado el 17 de abril de 2011 en el sitio de la IPNJ Central Pereira)

Por favor observe este video antes de leer el artículo:

Es asombroso que cada elemento se haya encontrado en el momento preciso, en el lugar preciso, a la hora precisa para que se diera esta casualidad que usted acaba de ver. ¿No le parece? Pues es claro que aquí no había nada planeado por nadie, sino que de la noche a la mañana, como por arte de magia, se citaron a una reunión todos estos utensilios, alguien llevó una cámara y consiguió una muy buena grabación, sin planeación, sin preparación, sin una mente maestra detrás de todo esto. ¡Qué bonita casualidad!

Por supuesto estoy hablando irónicamente, ya que todos sabemos que para conseguir el video anterior hubo alguien que se encargó de que milimétricamente cada interacción entre las diferentes partes de la escena fuera perfecta. Pensar que fue casualidad sería tratar de tapar el sol con seda dental. Sería igual a creer que hace muchos años de la nada, sin nadie al mando y por casualidad, se produjo una explosión que creó lo que hoy llamamos planeta Tierra y todo lo que en «nuestro» planeta existe.

Yo creo en «una mente maestra» detrás de cámaras que se encarga de mover cada pieza como diría alguien: Magistralmente. Lo hace para cumplir su Palabra y que cada profecía sea cierta, sin falta, sin error, 100% certera. Pero también hace que en nuestra vida diaria en ocasiones tengamos que maravillarnos de que el Dios omnipotente, Rey de cielos y tierra, Todopoderoso y Soberano esté interesado en nuestras vidas, en los grandes y también en los pequeños detalles como los que les cuento a continuación:

Hace un año en nuestra congregación, se celebraría una serie de servicios de jóvenes llamados «Megaconstrucciones». Estaríamos recordando algunas construcciones bíblicas que fueron gigantescas y muy representativas e importantes para nuestros hermanos antiguos y para nosotros, entre ellas, la torre de Babel, el templo de Salomón y el arca de Noé. Estábamos en la semana previa a realizar el culto sobre ésta última megaconstrucción, el arca de Noé y teníamos algunas ideas para la noche del Sábado, pero fuimos sorprendidos al mediodía de un martes cuando en el noticiero de un canal colombiano se presentó esta noticia: «Un grupo de arqueólogos chinos y turcos celebran hoy lo que consideran el hallazgo de sus vidas, oigan esto, de comprobarse sería un hito en la historia de la humanidad, según ellos, tienen el 99,9% de seguridad que encontraron el arca de Noé a 4.000 metros de altura en el monte Ararat de Turquía». Las medidas concuerdan, el lugar concuerda, la descripción concuerda y la noticia concordó con el servicio que tendríamos pocos días después. ¡Qué bonita casualidad!

Hace dos meses enseñaríamos en la congregación sobre «El ausente», tomando como texto bíblico el versículo 25 del capítulo 10 de la carta a los hebreos «no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre…» y por esos días recibí un correo electrónico con una excelente reflexión llamada «¿Por qué es importante asistir a la iglesia?». Esta reflexión la presentamos a la congregación y nos bendijo. ¡Qué bonita casualidad!

Hace un mes «larguito», realizábamos una reunión de planeación del Concierto del Recuerdo de Los Voceros de Cristo. Entre los deseos del grupo de organizadores estaba el poder reducir el costo de la boleta para que más hermanos pudieran participar del concierto y ser bendecidos por Dios por medio de esta preciosa música inspirada por Él. No era fácil, ya que se necesitaba cubrir los gastos de traerlos desde Guatemala y tenerlos en nuestra ciudad, el alquiler del lugar, la publicidad, el sonido, algunos impuestos asociados al concierto, entre otros. La sorpresa de Dios para nosotros fue un acuerdo que salió pocos días antes de la reunión que teníamos. Este acuerdo decía: «Por medio del cual se concede exoneración del impuesto de espectáculos públicos». Estábamos exonerados del impuesto, para nada despreciable (10% de la boletería vendida) y podríamos rebajar el precio de la boleta. ¡Qué bonita casualidad!

Hace pocos días estudiaba la historia de Abraham y Dios me decía que esta historia debía ser contada a su pueblo para aumentar su fe y su entrega y un monólogo de Abraham relatando uno de sus más difíciles momentos nació de ese estudio. La pregunta era ¿Quiere Dios? ¿Es el momento de hacerlo? ¿Cuándo? Resulta que la directiva de Jóvenes decidió realizar en los servicios de este mes el lema «100% Alabanza y Adoración» y a nuestro equipo nos correspondió hablar sobre Adoración. Adoración es exactamente la palabra que para mí define el actuar de Abraham y no negar su «único» hijo por amor a Dios. Ya se imaginarán el resto. Pues me dieron la oportunidad de ministrar al pueblo y sé de varias personas que fueron bendecidas por Dios durante esa noche. ¡Qué bonita casualidad!

Hace unos pocos minutos, Alexander Valencia nos enseñaba sobre «¿Qué te impide adorar a Dios?» Y los muchachos prepararon una cartelera que ubicaron en la pared con las palabras «El orgullo». Alex dijo que en la lista que Dios le había inspirado escribir, sin que se pusieran de acuerdo, tenía en primer lugar «El orgullo» ¡Qué bonita casualidad! ¿No? pues no, no y no, creo radicalmente que Dios es quien mueve sus fichas para bendición y bien de sus hijos.

«El azar no existe, Dios no juega a los dados«. Albert Einstein

Créalo usted también. Dios lo ama. Su voluntad es lo mejor para su vida. Aférrese a Él. Crea en Él. Créale a Él. No viva de casualidades, viva para Él.

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